Seguidores

29 de junio de 2010

Al poco tiempo, Catalina hizo un movimiento y esto me tranqulizó. Levantó la mano, acarició la cabeza de Heathcliff y acercó una mejilla a la suya. Heathcliff la colmó de exasperadas caricias y le dijo, con acento feroz:
- Ahora muestras tu verdadera cara. ¿Por qué fuiste tan cruel y falsa conmigo? ¿Porqué me despreciaste? ¿Por qué traicionaste a tu propia alma? No puedo decirte nada para consolte, no te lo mereces... Bésame y llora todo lo que qieras, arráncame besos y lágrimas, que ellas te quemarán y serán tu condena. Te mataste tú misma. Si realmente me querías, ¿por qué me abandonaste? ¡Por un mezquino capricho que sentiste hacia Linton! Ni la miseria, ni la degradación, ni siquiera la muerte nos hubiera separado. Sin embargo, tú nos separaste porque quisiste. Yo no fui el causante de tu desgracia. Fuiste tú misma, y tu propia desgracia es también la mía. Y si yo soy más fuerte, ¡peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú...?¡Oh, Dios, quisera acompañarte en la tumba!
- ¡Déjame! - contestó Catalina, llorando -.Si me he comportado mal, lo pago con mi muerte. Basta. Tú también me abandonaste, pero no te lo hecho en cara y te he perdonado. ¡Perdóname tú también!
-¡Que te perdone cuando veo esos ojos y acaricio esas manos consumidas! Bésame, pero no me mires. Sí, te perdono. ¡Amo a quien me mata! Pero ¿cómo puedo perdonar a quien acaba con tu vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario