Si tuviera que elegir entre la luz de la mañana y la luz de su mirada cuando se mete aquí en mi alma; si tuviera que elegir de mil amores los que quiera, o tenerlo solo a él mientras dure la existencia; si tuviera que elegir entre sufrir su amor devuelta, si vivir en un palacio o morir frente a su puerta... Me quedo con sus manos calzándole a mi piel, me quedo con su angustia a un paso de caer, me quedo con su cuerpo las horas que hagan falta, lo quiero así: queriéndome.
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